Microsoft está haciendo todo lo posible para que los usuarios se actualicen a Windows 11, algo que muchos usuarios no pueden hacer debido a que este tiene unos determinados requisitos que muchos equipos antiguos no incluyen, como el chip TPM. Sin embargo, este no es el único motivo por el que muchos usuarios no acaban de dar el salto por miedo a que el rendimiento, especialmente en videojuegos, no sea el mismo.
Windows 10 es un sistema operativo que lleva 8 años en el mercado y, aunque ya no recibe tanto cariño por parte de Microsoft, quien está centrándose en Windows 11, sigue siendo la opción ideal de muchos usuarios cuando comprar un nuevo equipo por tratarse de una versión más confiable y estable. Pero ¿realmente es así? Para salir de dudas, los chicos de Neowin han realizado una instalación limpia tanto de Windows 10 como de Windows 11 en un equipo con el procesador Intel Core i9 14900K, 32 GB de memoria RAM y 1 TB NVMe PCIe-4.
Para realizar la prueba, se han instalado las últimas versiones disponibles de Windows 10 22H2 y de Windows 11 23H2, las mismas que actualmente cualquier usuario puede instalar en sus equipos. La versión del controlador de NVIDIA utilizada es la número 545.92 para la GeForce RTX 4070Ti. Lo único que varía en esta comparativa es la versión del sistema operativo donde se han realizado las pruebas.
Para realizar las pruebas de rendimiento en aplicaciones de productividad, se ha utilizado la aplicación 3DMark teniendo únicamente en cuenta el uso del procesador, no de la tarjeta gráfica. En la prueba Time Spy, Windows 10 supera a Windows 11 en más de 1.300 puntos. En la prueba Fire Strike Extreme, Windows 10 también supera ampliamente a la puntuación obtenida por Windows 11, en las pruebas iniciales, ya que se realizaron 3 test de cada una, y, tras sacar la media, la diferencia es apenas apreciable.
También se ha analizado el rendimiento de las aplicaciones de videollamadas (consumen una barbaridad de recursos), la navegación web y lo que tardan las aplicaciones en iniciarse. Aunque Windows 11 supera en todas las pruebas, el rendimiento unificado (que es lo realmente importante) es muy similar. Donde si supera Windows 10 a Windows 11 es a la hora de trabajar con hojas de cálculo y documentos, donde la versión más antigua de Windows supera claramente a Windows 11.
En cuanto a la creación de contenido, Windows 11 supera ampliamente a Windows 10 en el apartado de renderizado, obteniendo puntuaciones similares en la edición de vídeo y fotografía. A la hora de comprimir y descomprimir archivos, ambos han obtenido prácticamente la misma puntuación.
En el apartado gráfico, se utilizó la aplicación 3DMark, una aplicación que otorga prácticamente la misma puntuación tanto a Windows 10 como a Windows 11, superando con mejor puntuación este último con la prueba Time Spy que se basa en la API de DirectX 12. También se realizó la prueba Fire Strike Extreme que se basa en la versión anterior de DirectX. Tanto el equipo con Windows 10 como en Windows 11 obtuvieron prácticamente las mismas puntuaciones, y donde Windows 11 gana por un estrecho margen.
Después de realizar estas pruebas en el apartado gráfico, han probado el título Shadow of the Tomb Raider. Las pruebas de rendimiento ponen a Windows 11 como ganador en la prueba de FPS y como son capaces de mantener el mínimo de 60 FPS para poder jugar de forma fluida. Tal vez deberían haber realizado esta prueba con otros títulos más modernos con Alan Wake, Starfield o Cyberpunk 2077, ya que, al tratarse de un juego de 2018, era de esperar que el procesador utilizado en las pruebas, superara las pruebas sin despeinarse a 60 FPS.
Windows 11 debería suponer en salto cuantitativo en cuanto a rendimiento en todos los sentidos en comparación con Windows 10, pero, tras analizar los resultados, llegamos a la conclusión de que realmente el rendimiento de un mismo equipo con diferentes versiones de Windows es prácticamente el mismo.
La única gran diferencia de puntuación se encuentra a la hora de renderizar contenido, donde Windows 11 muy superior a Windows 10. A no ser que nos dediquemos al diseño 3D, el rendimiento que vamos a obtener en un mismo equipo con Windows 10 y Windows 11 va a ser prácticamente el mismo.
Eso sí, debemos tener en cuenta que el ordenador que se ha utilizado para las pruebas ha sido un PC de gama alta. Si bajamos a la gama media, o a la gama baja, lo más probable es que Windows 10 rinda mejor y más fluido que Windows 11, al ser un sistema lanzado hace ya 8 años y con unos requisitos inferiores.
Fuente: Neowin
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