Cuando utilizamos la tecnología, sea cual sea el tipo de dispositivo o aparato, siempre existiran riesgos que comprometan nuestra seguridad. Esto hace que debamos tomar precauciones y no cometer errores. En este artículo vamos a hablar de las memorias USB, algo que utilizamos en nuestro día a día con normalidad. ¿Pueden ser una amenaza?
Utilizar una memoria USB o pendrive es algo muy común. Podemos usarlo para pasar archivos de un equipo a otro, por ejemplo. También para compartir información con otros usuarios, ir a un cafe internet a imprimir documentos, llevar copias de seguridad en un viaje…
Si únicamente utilizáramos estas memorias en equipos personales, como puede ser un ordenador de mesa y un portátil, posiblemente no tengamos problemas. Todo dependerá de si alguno de estos equipos que estamos utilizando tiene algún tipo de malware y pudiera infectar la memoria.
Ahora bien, ¿qué ocurre si vamos a conectarla en otros dispositivos ajenos? Precisamente estos dispositivos están diseñados para transportarlos fácilmente. Cualquiera puede guardar un pendrive en el bolsillo y llevarlo a cualquier lugar. Esto hace que lo conectemos a muchos equipos, que compartamos archivos muy diversos, que guardemos información…
Esto es lo que hace que este tipo de memorias puedan suponer un riesgo para la seguridad. La propagación de malware puede ser muy rápida. Simplemente con que tengamos un archivo malicioso dentro de un pendrive y lo conectemos a un ordenador, este equipo puede infectarse también.
Más allá de que una memoria USB pueda infectarse y que a su vez comprometa la seguridad de los equipos donde la pongamos, también hay que tener en cuenta el tema de la privacidad a la hora de guardar datos.
¿Debemos guardar cualquier tipo de datos? Hay que tener en cuenta que al conectar la memoria a un ordenador, este equipo podría estar infectado y tener software configurado para extraer todo el contenido. Puede que nuestro pendrive no se infecte, pero sí que los datos que tenemos guardados se filtren.
También podría darse el caso lógicamente de que lo perdamos. Una memoria de este tipo puede extraviarse en cualquier lugar y terminar en malas manos.
Esto hace que no sea muy aconsejable guardar datos sensibles dentro del pendrive. Es conveniente tomar precauciones para evitar que nuestra privacidad pueda verse comprometida.
¿Qué podemos tener en cuenta para no poner en riesgo la seguridad al usar una memoria USB? Vamos a dar algunos consejos esenciales para ello. El objetivo es que nuestros datos estén a salvo y no poner en peligro ningún dispositivo.
Lo primero es que debemos evitar en la medida de lo posible usar este tipo de memorias en equipos en los que no podamos confiar plenamente. Por ejemplo ordenadores públicos donde diariamente pasan muchos usuarios y no sabemos si está infectado con algún malware o que incluso de manera malintencionada algún usuario haya dejado alguna trampa.
Esto también hay que tenerlo en cuenta cuando vayamos a dejar esa memoria a alguien. No sabemos si su equipo va a ser o no fiable y hay que tener cuidado.
En caso de que debamos hacer uso de este tipo de dispositivo siempre podemos optar por tener varias memorias USB y dedicar una a estas situaciones. Así disminuimos el riesgo. Podemos tener una para uso particular, para por ejemplo pasar archivos de un ordenador a otro, mientras que otro pendrive lo podemos usar cuando tengamos que pasarle información a alguien, ir a una tienda a imprimir documentos, etc.
También podemos utilizar sistemas operativos alternativos y que usemos solo para analizar este tipo de memorias. Por ejemplo podemos usar alguna distribución de Linux para probar la memoria USB y comprobar si realmente tiene algún tipo de malware o es segura, antes de usarla en Windows.
Ya sabemos que la mayoría del malware está diseñado para ejecutarse en equipos con el sistema operativo de Microsoft y poner en riesgo de esta forma el buen funcionamiento de esos equipos. Pero podemos utilizar otras alternativas para probar el peligro de esa memoria. También una máquina virtual o entrar en modo seguro, por ejemplo.
Por otra parte, también podemos cifrar las memorias y los archivos almacenados. Así podemos evitar que en caso de que nuestra información quede expuesta al usar otro ordenador pudieran leer realmente qué hay dentro, y también evitar que en caso de pérdida pudieran acceder a todo el contenido.
En definitiva, hacer uso de memorias USB es algo muy común y también útil, pero debemos tener en cuenta que la seguridad no siempre está presente. Conviene evitar riesgos innecesarios y proteger correctamente los equipos.
Fuente: redeszone
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