La privacidad es un factor muy importante para los usuarios. A la hora de navegar por la red nuestros datos no siempre están a salvo. Son muchos los métodos que pueden utilizar para recopilar información personal que puede ser utilizada por terceros. En muchas ocasiones vemos que al abrir una página web nos aparece el mensaje para aceptar cookies. ¿Qué es esto realmente? ¿Puede comprometer nuestra privacidad?
Nuestros datos tienen un gran valor en Internet. Pueden ser utilizados para incluirnos en listas de Spam, enviar publicidad orientada o incluso venderlos a terceros con fines lucrativos. Esto incluye datos como nuestro nombre, correo electrónico, redes sociales que usamos, número de teléfono. Son muchas las técnicas que utilizan para recopilar todos estos datos. Simplemente con registrarnos en una página que no gestione con privacidad nuestra información personal podemos tener problemas de este tipo. También en caso de que haya malware que nos afecte, por ejemplo. Todo esto hace que mantener la privacidad sea algo muy importante. Debemos preservar nuestros datos, que no estén disponibles para cualquiera en la red.
Esta es una pregunta que se hacen muchos usuarios. Es muy común que al entrar en cualquier página nos aparezca un mensaje que nos invita a aceptar o no las cookies. Es un cuadro de diálogo que puede ser más o menos pequeño, tener un color diferente y según el sitio adaptarlo. Pero todos ellos tienen el mismo objetivo. Las páginas web recopilan datos de los visitantes para fines estadísticos, ofrecer determinados servicios y, en definitiva, conocer mejor a quién entra en el sitio. De primeras podemos decir que no es algo que vaya a afectar negativamente a nuestra privacidad ni seguridad. Al aceptar las cookies estamos permitiendo que ese sitio tome datos como el idioma de nuestro navegador, intereses en función de la ubicación, que se guarde o no nuestro usuario, etc. Esto también beneficia al usuario para lograr acceder a cierta información o evitar tener que poner el nombre de usuario la próxima vez que vaya a acceder, en caso de que se trate de algún tipo de registro.
Entre otras cosas pueden recopilar información de nuestros gustos. Pongamos que estamos visitando un comercio electrónico para comprar un teléfono móvil. Pueden recopilar datos sobre determinados dispositivos que hemos buscado para ofrecernos publicidad orientada. También hay cookies analíticas, que sirven para elaborar estadísticas de los visitantes. Esto es algo que ayuda a los responsables de esa página. En la actualidad las páginas están obligadas a mostrar ese mensaje de advertencia, donde nos indican que pueden utilizar cookies. Esto no significa que antes no existiera y que no las usaran, sino que ahora tienen que avisar.
Hay que partir del principio de que hay diferentes tipos de cookies. Las hay que se almacenan en nuestro equipo, las hay que se recopilan en la parte de la página que visitamos. Algunas son de seguridad, de usuario, recopilan intereses, páginas visitadas, personalización de la interfaz…
Muchos usuarios pueden creer que las cookies son malas. Que sirven para robar información o que pueden acceder a su equipo al recopilar datos. Lo cierto es que son más bien una herramienta que está presente en Internet para permitir que un sitio web cargue más rápido, evitar tener que iniciar sesión siempre que entramos en un sitio como puede ser una red social, así como mantener los productos que hemos añadido al carrito de compra en una página, aunque cerremos esa ventana.
Las cookies son archivos temporales que pueden durar más o menos tiempo. Podemos configurarlas, usar herramientas para bloquearlas, borrarlas cuando queramos… El problema puede llegar principalmente cuando recopilan datos personales sin avisar al usuario. De ahí que tengamos que aceptar o no a la hora de navegar por una página que puede recopilarlas.
En definitiva, las cookies están muy presentes en nuestro día a día. Por sí mismas no son algo negativo para nuestra seguridad o privacidad.
Fuente: redeszone
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