Una de las mayores preocupaciones de los usuarios respecto a sus teléfonos móviles es la duración de la batería a largo plazo, es decir, su vida útil. Hay muchas formas de cuidar la autonomía de tu dispositivo y desactivar la carga rápida o apostar por un menor voltaje son dos soluciones de garantías para ello.
Hoy en día la carga rápida es una cualidad que muchos fabricantes están exprimiendo, como es el caso de Xiaomi y OPPO, dos marcas que apuestan por velocidades increíbles de hasta 15 minutos para llegar al 100% de batería. Esta ventaja es un punto a favor determinante, pero hay quienes prefieren tardar algo más en cargar su smartphone con el objetivo de que el dispositivo mantenga su duración con el paso del tiempo, como es el caso de un servidor.
Desde que comenzaron a aparecer los primeros móviles con carga rápida, he sido de los que aprovechan a fondo esta opción y es que poder volver a jugar, trabajar o escuchar música con tan solo esperar 15 o 30 minutos es una gran baza. Sin embargo, a largo plazo me acabé percatando de que la duración de la batería no era igual que al principio. Ojo, porque esto es completamente lógico, ya que cada carga deteriora la celda de la batería, así que es normal que los años pasen factura a tu dispositivo.
No obstante, en mi caso esto tardó menos de lo habitual, puesto que la carga rápida proporciona un voltaje muy elevado al teléfono, llegando a reducir la vida útil drásticamente en comparación con la carga corriente. Claro está, hay ocasiones en la que la carga rápida puede salvarte de un apuro, como puede ser olvidar enchufar el móvil antes de una cita o una reunión de trabajo importante.
En este contexto, es ideal disponer de una característica de este calibre, pero salvo estas excepciones conviene rehusar de ella. Para ello puedes acostumbrarte a cargar el terminal de noche, pues en la actualidad los smartphones cuentan con la inteligencia suficiente como para administrar el nivel de carga en estos escenarios.
Por otro lado, hay marcas como Samsung que apuestan por una carga rápida moderada que alcanza los 45W en su gama alta, pero que generalmente se queda en los 25W. Una velocidad aceptable con la que no vas a tener inconveniente alguno, aunque deberías estar pendiente en el supuesto de tener algún plan organizado y no tener prisa, puesto que en poco tiempo no se cargará mucho.
La propia Samsung cuenta con una función dentro de los ajustes para desactivar la carga rápida y ultrarrápida con la misión de proteger al máximo la batería del teléfono. Acceder a ella es tan sencillo como abrir el apartado «Mantenimiento del dispositivo» para, acto seguido, entrar a la sección «Batería» y «Carga». Desactiva las casillas correspondientes y alarga todo lo que puedas la vida útil de la pila.
En cambio, el resto de los fabricantes no cuentan con una alternativa similar. De modo que lo único que puedes hacer para solventar este problema pasa por comprar un cargador que no tenga tanto voltaje. Por ejemplo, si tu móvil es compatible con carga rápida de 120W, utiliza uno de 20W en vez del que viene en la caja.
Fuente: movilzona
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