Nuestros teléfonos móviles son sin duda dispositivos de muchísima importancia para todos nosotros. De hecho, en ellos volcamos toda nuestra vida, en lo que se refiere a datos. Pero también son dispositivos que se pueden utilizar maliciosamente, como están haciendo muchos hackers para atacar a numerosas empresas. Así queda revelado en un informe realizado por Checkpoint, que pone de relieve estas prácticas.
Y es que los teléfonos de trabajo son el vector y vehículo perfecto para los hackers a la hora de meterse en los sistemas de una empresa para cometer sus fechorías. El objetivo es utilizar al empleado para llevarlo hasta el interior de sus servidores.
En este informe de Checkpoint hemos podido conocer que durante 2021 los ataques a redes corporativas, que corresponden a alguna empresa, han alcanzado los 900 ataques de media en el último trimestre del año 2021. Y lo llamativo es que una buena parte de esos ataques ha sido realizado desde dispositivos móviles, concretamente desde teléfonos. Y es que cada vez son más las empresas que se ven amenazadas con estos ataques perpetrados desde teléfonos móviles, habitualmente los de empleados de su organización.
Y es que parece que el verdadero peligro se encuentra en esos dispositivos móviles que utilizan los empleados y que no son gestionados por la empresa. En ellos es mucho más sencillo que los hackers se introduzcan para desde ahí poder acceder a los servicios de la compañia, que no son gestionados por ella directamente, sino que se usan de forma personal. Por eso cuando se habla de teléfonos corporativos, es esencial que se puedan asegurar con alguna solución corporativa que pueda poner coto a los ataques de los hackers y evitar la entrada en los sistemas.
Y es que un móvil que no es corporativo, usado para tales fines por un empleado, puede ser una bomba de relojería. Sobre todo, en las aplicaciones de correo electrónico, que son las que suelen concentrar más estafas y malware. Es a través de las apps de correo electrónico como se extiende el malware mediante campañas de phishing, que suplantan en muchas ocasiones a empresas relacionadas con la actividad de la nuestra.
Por tanto, es evidente que la primera decisión que deben tomar las grandes corporaciones para poder proteger mejor sus empresas es la de proporcionar teléfonos corporativos a sus empleados, y desterrar el uso del teléfono personal del día a día de estos. Y es que muchas veces se mezcla el uso personal con el profesional dentro de un teléfono que no es corporativo, no siendo conscientes tanto el empleado como la empresa del peligro que corren sus datos si estos no se protegen como es debido.
Por eso es necesario que las empresas puedan proteger sus intereses con soluciones de seguridad corporativas, que sean eficaces y capaces de aislar a la empresa de un uso indebido de los terminales de los empleados, sobre todo evitando que información corporativa pueda terminar en los teléfonos personales de estos, más vulnerables lógicamente a todo tipo de ataques indiscriminados.
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