

La inteligencia artificial ha traído avances increíbles, pero también está dando alas a una amenaza silenciosa: los bots maliciosos. Cada vez se comportan más como humanos, esquivan los sistemas de seguridad con facilidad y su volumen no deja de crecer. En este artículo te cuento cómo funcionan, por qué son un problema cada vez más grave y qué podemos hacer para protegernos.
Lo que antes era un problema técnico puntual se ha convertido en un fenómeno global: más de la mitad del tráfico en Internet ya no lo generan personas, sino bots, y una buena parte de ellos tienen intenciones nada buenas. Gracias a herramientas de IA accesibles, cualquier atacante -aunque no tenga mucha experiencia- puede lanzar bots que roban datos, saturan servicios o se cuelan en cuentas ajenas sin levantar sospechas. Y si no tomamos medidas, el problema no hará más que crecer.
Lo primero que hay que entender es que estos bots no son los típicos scripts torpes de hace años. Hoy en día, los más avanzados utilizan IA para imitar el comportamiento humano al navegar por una web. Pueden moverse por un sitio como lo harías tú, rellenar formularios, simular clics, e incluso pasar filtros que antes parecían eficaces, como los CAPTCHA.
Uno de los grandes problemas es que usan direcciones IP reales -como las de tu casa o tu oficina- gracias a redes residenciales comprometidas, lo que los hace casi indistinguibles de un usuario normal. Además, los atacantes utilizan IA para analizar sus fallos y mejorar sus tácticas en tiempo real.
Según el Bad Bot Report 2025 de Imperva y Thales, los bots maliciosos ya suponen el 37% del tráfico total de Internet, y en sectores como el turismo o el comercio electrónico, pueden representar hasta el 59%. Las APIs, que conectan servicios y transmiten datos sensibles, se han convertido en su objetivo favorito: el 44% de estos bots van directamente a por ellas, buscando explotar vulnerabilidades en los flujos de negocio o robar datos de los usuarios.
Y lo peor es que esto no va de ciencia ficción: los bots maliciosos ya están robando cuentas bancarias, lanzando ataques DDoS, manipulando precios en tiendas online y exfiltrando información confidencial sin que nadie lo note a tiempo.
Lo que hace que estos bots sean tan efectivos es, en parte, la disponibilidad de herramientas de IA de uso general como ChatGPT, Claude o ByteSpider. Los ciberatacantes las usan para generar código, automatizar ataques y perfeccionar sus métodos sin apenas esfuerzo. El resultado es una especie de ejército digital en expansión constante, con recursos ilimitados y sin necesidad de conocimientos avanzados.
Entonces, ¿qué puedes hacer tú? Estas son algunas buenas prácticas que están funcionando:
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