

Tanto si estás dándole vueltas a la posibilidad de cambiar Windows por macOS, como si estás valorando la posibilidad de comprar un nuevo PC y no tienes muy claro si tirar por un equipo de Apple o un PC con Windows, antes de decidirte, es importante que tengas en cuenta que, los ordenadores de Apple, al igual que su sistema operativo, no es un campo de rosas como muchos usuarios afirman.
La principal ventaja de macOS sobre Windows es la perfecta integración de los iPhone y iPad con el sistema operativo, una integración que Microsoft está consiguiendo poco a poco a través de la aplicación Enlace móvil y que, hoy en día, poco o nada tiene que envidiar a la que ofrece Apple. Si quieres saber todo lo que puedes hacer con Windows y que no podrás hacer con un Mac, te invitamos a seguir leyendo.
Si quieres personalizar al máximo tu PC, desde la pantalla de bloqueo, los escritorios (Windows 11 permite establecer un fondo de pantalla diferente en cada escritorio), el cursor del ratón, los sonidos de las alertas entre otros, Windows es el sistema operativo que necesitas.
Aunque macOS ha ido mejorando con el paso de los años y en la actualidad incluye muchas opciones de personalización, todavía está muy lejos de ofrecer la misma versatilidad que el sistema operativo diseñado por Bill Gates.
Cuando compramos un Mac, estamos comprando un equipo completamente cerrado, es decir, un equipo que no se puede ampliar de ninguna forma, como si la caja estuviera soldada al equipo. Si necesitas más memoria RAM o más almacenamiento, la única forma de hacerlo en un Mac es comprando un nuevo modelo.
Esto no es un problema con Windows, tanto en equipos portátiles como ordenadores de mesa, donde podemos ampliar tanto la memoria RAM como el almacenamiento en base a nuestras necesidades con la única limitación establecida por la placa base.
Además, si cualquier componente de nuestro equipo deja de funcionar, podemos reemplazarlo nosotros mismos por otro nuevo, algo impensable para un Mac sin recurrir al servicio técnico oficial que, además, cuesta un ojo de la cara.
El administrador de archivos de Windows en macOS se llama Finder. Si has tenido la oportunidad de utilizar un Mac, no puedes negar que el diseño del Finder es precioso, mucho mejor que el clásico explorador de archivos renovado en Windows 11, sin embargo, es muy poco intuitivo y requiere de un mayor número de pasos para realizar cualquier acción que con el explorador de archivos.
Además, si somos usuarios avanzados, no es necesario recurrir a Terminal para tener un mayor control sobre nuestros archivos, ya que todas las opciones que podemos necesitar las tenemos disponibles directamente desde la interfaz gráfica del explorador.
A pesar de que los procesadores de Apple con arquitectura ARM no tienen nada que envidiar a los modelos más potentes de Intel y de NVIDIA, un Mac no es un dispositivo para jugar, ya que los desarrolladores de juegos no apuestan por una plataforma utilizada por algo menos del 15% de los usuarios.
Si bien es cierto que en la Mac App Store podemos encontrar algunos juegos y que, algunos títulos se pueden emular (no sin problemas) en macOS, si tienes la intención de jugar con tu PC, la opción que debes elegir es Windows.
Como antiguo usuario de macOS, en más de una ocasión he perdido muchísimo tiempo buscando una aplicación para el sistema operativo de Apple que me permitiera realizar determinadas tareas de forma gratuita o incluso de pago sin éxito.
El sistema operativo Windows, al ser el que disfruta de una mayor cuota de mercado desde hace varias décadas, tiene a su disposición todo tipo de aplicaciones, muchas de ellas gratuitas, que nos permite realizar cualquier cosa que no se pase por la cabeza, por sencilla o completa que sea.
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